"Dichosa edad y siglos dichosos aquéllos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío"   Don Quijote de la Mancha

domingo, 13 de julio de 2014

La vida de Asier

Esta es la historia de Asier, un vasco que Bilbao le vio nacer un 15 de febrero de 1975. Tuvo una adolescencia feliz, marcada por la referencia de su padre por quien desde muy pronto sintió una gran admiración. Aprendió de él a disfrutar de muchas de esas cosas que la vida es capaz de ofrecer; de la montaña con largas excursiones por la cordillera cantábrica; del ciclismo con carreras por las carreteras de Vizcaya; de las salidas en barco en los meses de verano o de aquellas sesiones de cine en las frías tardes de invierno.

Se acordaba de todo esto con cariño y con nostalgia mientras iba en tren de camino al trabajo. Con la cabeza apoyada en la ventana y la mirada perdida, se acordaba también con cierto desagrado de aquellos momentos difíciles que tuvo que vivir cuando era más joven. Fueron días de angustia y nerviosismo, de miedo y de dolor; circunstancias en las que desconocidos entraban y salían de su casa; momentos de llamadas telefónicas extrañas, tiempos de silencio. Cuando ETA cometía un asesinato, su alegre vida sufría una especie de parada en el tiempo.

Su padre, que era un ferviente nacionalista le había contado muchas de las historias de los vascos; sus orígenes, su lengua, mitos y leyendas como la de Arrigorriaga formaban parte de un bagaje cultural del que se sentía muy orgulloso. Quizás fuera esto lo que cumplidos los dieciocho años le llevara a estudiar en la Complutense de Madrid la especialidad de Geografía e Historia. Quería conocer historias de otros lugares, de otros pueblos, otras culturas y pensó que esos estudios eran los más adecuados para ello. Necesitaba además salir de Bilbao, quería conocer otros lugares y esa era sin duda una gran oportunidad.

En la universidad conoció a Raúl, un madrileño que al igual que a él le apasionaba la historia. Tenían muchas cosas en común pero había otras tantas que mostraban sus grandes diferencias. Raúl acababa de afiliarse al Partido Popular y no podía ocultar su alegría por estar trabajando desde el principio de una manera muy activa. Asier no era militante de ningún partido político pero en las últimas elecciones había votado al PNV. Discutían muchas veces sobre las ventajas o inconvenientes de los nacionalismos, del Estado, de un tipo de economía o de otra, pero siempre lo hacían con un gran aprecio y con un respeto absolutamente admirable.

Pasado el tiempo, un día de su último año de carrera Asier se levantó temprano para llegar con tiempo a la universidad. Mientras tomaba el desayuno veía en su televisor los informativos matinales que le facilitaban estar al día de la actualidad política. Cuando ya estaba a punto de terminar, le sorprendió una noticia de última hora que le cambiaría la vida por completo y para siempre. En la parte superior derecha de la imagen apareció en un pequeño recuadro una fotografía de su padre. En el centro, la presentadora relataba la muerte de una persona en un atentando de ETA a primera hora de la mañana. El autor, su padre, había sido detenido por la Ertzaintza y acabaría los últimos veinte años de su vida en una lejana prisión.

Mientras el tren reducía la velocidad para recoger viajeros en la próxima estación, recordaba con extraordinaria nitidez el impacto que la noticia le había provocado aquel día. Fueron aquellos, instantes en los que el tiempo se detuvo, momentos cargados de emociones y sentimientos extraños. El desconcierto, la confusión, la incertidumbre y la incredulidad habían marcado las primeras horas de aquella fatídica mañana. Su padre, la persona que más admiraba en el mundo, la persona que le había enseñado casi todo lo que había aprendido, había cometido el acto más reprobable que uno podía imaginarse. Comenzó así un largo periodo marcado por visitas a psicólogos y psiquiatras, meses de ingesta de pastillas, noches enteras de insomnio y de cientos de preguntas sin respuesta. 

En la facultad habían aparecido pintadas en las paredes de los baños que decían “Asier es un terrorista” y los profesores comenzaron a mirarle con cierto recelo. Las largas horas de estudio no servían para aprender las últimas lecciones que le quedaban para licenciarse y sus compañeros de facultad le había dado la espalda: todos menos Raúl. Este pensaba que él no era el culpable de lo que había pasado y por tanto no tenía ningún tipo de responsabilidad. Así que permaneció a su lado y le ayudó en todo aquello que pudo para hacerle la vida más llevadera. Finalmente, Asier abandonó la universidad a mitad del curso, regresó a Bilbao y comenzó a trabajar cerca de allí en un centro comercial.

Cuando ya habían pasado unos meses de su regreso a Vizcaya, recibió una llamada telefónica de Raúl y se inició entonces una conversación que jamás podría olvidar.
  • - Oye Asier, si nos juntamos unos cuantos tenemos pensado irnos el fin de semana a Salamanca a divertirnos un poco, ¿te apuntas?
  • - Te lo agradezco Raúl, pero el domingo por la mañana hay una manifestación que convoca la izquierda abertzale y me gustaría ir.
En ese momento se hizo un silencio absoluto, incómodo y más largo de lo normal. Poco después Rául le dijo:
  • - Oye Asier..., ummmm, ya se que nunca hemos hablado de esto pero....., no se muy bien como decírtelo.... yo la verdad es que.... ummmmm, la verdad es que no quiero que tu padre salga de la cárcel.
Se produjo de nuevo otro silencio, esta vez más largo y se percibía una pequeña tensión al otro lado del teléfono.
  • - Yo quiero que tu padre cumpla la condena que la justicia le ha impuesto. Creo que sería muy injusto si...
  • - ¡Raúl!, ¡Raúl!
  • - … los familiares de la víctima...
  • - ¡Raúl!, ¡escúchame por favor!
  • - Sí perdona -dijo Raúl más sosegado.
  • - Es una manifestación a favor del acercamiento de los presos de ETA, ¡sólo eso!. Oye, yo estoy al mismo lado que tú ¿sabes? así que ahórrate el discurso. Estoy con las víctimas. Yo tampoco quiero que mi padre salga de la cárcel. Quiero que cumpla la pena que le ha impuesto la justicia. Jamás le perdonaré lo que ha hecho pero no estoy dispuesto a recorrerme en coche con mi familia mil kilómetros cada vez que quiera ir a verle. No creo que sea necesario, ¿no te parece?.
Después de otra pequeña pausa Asier insistió:
  • - Lo entiendes, ¿verdad?
Raúl asimilaba lo que Asier le acababa de decir, y después de un rato le dijo:
  • - ¡Asier!... espérame el domingo en la estación de tren, iremos juntos.
Cuando Raúl colgó el teléfono permaneció durante un rato sentado en la cama fijando la mirada al suelo y preguntándose si había hecho bien. No estaba del todo seguro pero después de reflexionar se convenció de que no había nada de malo en solicitar el acercamiento de presos siempre y cuando se cumplieran las condenas.

Así que a primera hora del domingo Raúl cogió el tren hacia Bilbao. El día había amanecido soleado y a las 11 de la mañana Asier recogió a Raúl en la estación. Se dirigieron al punto de partida de la manifestación y cuando llegaron se colocaron en las primeras posiciones. Raúl no podía disimular su incomodidad, nunca le había gustado ese ambiente; siempre le había repugnado todo lo relativo a la izquierda abertzale y sin embargo, se encontraba compartiendo con ellos una causa que realmente a él no le interesaba, pero que significaba una excelente oportunidad para demostrar a su buen amigo que siempre podía contar con él para luchar por aquello que consideraba justo.
  • - No te preocupes Raúl, no pasará nada. Será absolutamente pacífica y cuando lleguemos al final del recorrido nos iremos inmediatamente -le dijo Asier en voz baja.
Saber que se irían pronto de allí tranquilizó a Raúl, y poco a poco fue sintiéndose más cómodo entre todas esas personas con las que no simpatizaba. Comenzó la manifestación y los de las primera fila comenzaron a gritar algunas palabras que Raúl no entendía.
  • -¿Qué dicen? -preguntó Raúl.
  • -“Acercamiento de presos ya” - le respondió Asier con una mirada de agradecimiento.
Al llegar la manifestación a su punto final Asier acompaño a Raúl a la estación de tren. No se podía quedar más tiempo porque al día siguiente tenía que entregar en la sede del partido una documentación sobre un proyecto medioambiental sobre el que estaba trabajando. Cuando llegó el tren que llevaría a Raúl de regreso a Madrid, Asier se despidió de él abrazándole efusivamente, dándole a entender lo mucho que le agradecía todo lo que había hecho por él.

El lunes llegó pero Raúl decidió quedarse un poco más de tiempo en la cama; estaba cansado del viaje de ayer y necesitaba dormir un poco más. Llegó a la sede sobre las 11 de la mañana y desde que entró por la puerta hasta que se sentó en su mesa había notado alguna mirada extraña en algún compañero; trataban como de evitarle. Se sentó en su mesa, se agachó para meter en el cajón inferior la documentación que había traído y fue entonces cuando notó un fuerte ruido encima de la mesa; alguien había dejado caer sobre ella un periódico. Con el ceño fruncido lo cogió, lo colocó del derechas y pudo ver en primera página una fotografía enorme situada debajo de un titular que decía “Manifestación a favor de ETA en Bilbao”. -¡Vaya manipulación! -se dijo así mismo Raúl. Centró la atención en la fotografía y se vio a sí mismo junto Asier en el medio de la imagen con una nitidez que hacía imposible negar que era él. Horas después supo que la casualidad había hecho que se hubieran colocado al lado de un conocido dirigente abertzale. Antes de terminar de leer la noticia escuchó al coordinador pronunciar su nombre. No le había sentido acercarse. Cuando Raúl levantó la cabeza el coordinador le dijo:
  • - No puedes continuar en este partido. Coge tu cosas y vete.
Con una mezcla de rabia e incredulidad, Raúl se levantó, cogió sus pertenencias y se dirigió a la puerta de salida. Nadie se acercó para despedirse de él pero cuando estaba caminando por el pasillo para salir del edificio vio llegar a Fernando, el compañero con el que estaba trabajando en el proyecto medioambiental y la persona con la que mejor se llevaba en el partido. Cuando estaban solamente a unos pasos de distancia Raúl hizo ademán de saludarle, pero Fernando le apartó la mirada y continuó como si no le hubiera visto. Solo unos segundos después, pudo oír a su espalda unas palabras que le llenaron de profundo dolor:
  • - ¡Adiós etarra!.
Cuando llegó a su casa, Raúl telefoneó a Asier para contarle lo que había sucedido.
  • - ¿Qué dices?, ¿en serio?, pero... ¿así sin más?, ¿sin ninguna explicación? -preguntó Asier con gran asombro.
  • - Sí, así sin más. ¿Te acuerdas de aquello que decíamos siempre cuando estudiábamos la asignatura de historia del siglo XX? -preguntó Raúl
  • - Sí claro. Aquello de que “las personas somos muy dadas a juzgar y muy poco dadas a intentar comprender” ¿verdad?
  • - Sí, y es algo que nunca cambiará de la condición humana. ¡Oye Asier!, avísame la próxima vez que vayas a una manifestación de esas ¿vale?
En ese momento el tren se detuvo. Asier miró a través de la ventana y vio que había llegado a su destino. Se bajó del tren y echó a caminar. Comenzaba así otro duro día de trabajo.

lunes, 26 de mayo de 2014

El efecto "Podemos"

La noche electoral del 25 de mayo ha puesto de manifiesto una realidad que ya es innegable; la muralla del bipartidismo PP-PSOE se ha resquebrajado en buena parte por el impacto de un proyectil llamado “Podemos” que ha trastocado todas las previsiones electorales y que ha reflejado de manera aplastante el hastío de una gran parte de los ciudadanos de este país.

Pero lo que quizás haya que preguntarse es por las causas de que un partido nuevo, con muy poco tiempo de vida, una formación probablemente con pocos recursos económicos y humanos y por tanto con poca capacidad de organización haya irrumpido en el panorama político de una manera tan contundente. ¿Por qué “Podemos” ha sido el gran triunfador y no UPyD o IU a pesar de que tenían unas muy buenas expectativas?

La respuesta quizás se pueda encontrar en un pequeño análisis de lo que representa esta formación.

  1. Es un partido completamente nuevo fundado por un dirigente desconocido y que nace en un momento en el que la desafección de los ciudadanos con la política es máxima. Esto significa que irrumpe en la política desde fuera, sin estar previamente en ella, y por tanto, esta libre de toda sospecha de formar parte de esa casta política que ha estado en connivencia con la corrupción y con la nefasta gestión de dinero público que se ha venido realizando durante tantos años.
  1. Es un partido de izquierdas. Los ciudadanos siguen teniendo en su mayoría la necesidad de saber en que posición ideológica se encuentra un determinado partido. Necesitan saber si un partido es de derechas, de izquierdas o de centro porque esta definición les facilita identificarse con ellos. “Podemos” es un partido al que cualquier ciudadano sabe situarlo en la izquierda sólo con escucharlo un par de minutos o leer alguna de sus propuestas. Este lugar que ocupa es ventajoso en una España que se encuentra en una situación insólita. La España de hoy es en su mayoría de izquierdas, a pesar de que el PP siga ganando las elecciones. Es de izquierdas por aquello que decía Marx, aquello del materialismo histórico, que viene a decir que “es tu situación económica la que determina tu pensamiento” o dicho de una manera mas formal, “no es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino al contrario, su ser social es el que determina su conciencia”. En un país con unas cifras desorbitadas de paro, de recortes y desahucios, muchos ciudadanos se radicalizan hacia la izquierda y anhelan una formación que practique una política lo más diferente posible a la neoliberal, que es para muchos, la responsable de la situación actual.

  2. Es el partido que mejor ha conectado con los problemas cotidianos de la gente. Desgraciadamente nuestro país se está aproximando a una situación que no se veía desde hace muchas décadas. Aquella situación de principios de siglo XX en la que algunos dirigentes políticos prometían pan para todos. Las personas que han sido desahuciadas o que están a punto de serlo, las personas que han perdido el empleo y no tienen esperanzas de encontrar uno, las personas que están desprotegidas del sistema, las que viven por debajo del umbral de la pobreza necesitan encontrar un referente político que esté claramente de su lado. Pablo Iglesias ha realizado esto de una manera magistral. Se ha paseado por numerosas tertulias políticas defendiendo siempre al desahuciado, al escrache, denunciando las condiciones de los trabajadores, poniéndose al lado de quien se manifiesta por defender su trabajo. Ha sido implacable con la estafa de los bancos, con los políticos, con la corrupción, con la unión europea, con la dictadura de los mercados, con el euro y todo ello vende muy bien en una sociedad que sabe perfectamente quiénes son los responsables de la situación actual
     
  3. Su dirigente tiene un discurso político moderno y tranquilo. Pablo Iglesias no forma parte de esa clase de políticos que buscan el aplauso ante multitudes. No es una persona de discurso fácil y vacío. Es alguien que se defiende bastante bien en el arte de la oratoria y se presenta ante los ciudadanos tal y como es; con una vestimenta sencilla y con un discurso tranquilo, sosegado y razonado.

  4. Es un partido con un programa electoral claro, directo y sencillo. Quien se disponga a leer el programa electoral de esta formación, comprobará que va directo al grano. Expone los problemas y las propuestas de una manera sencilla, resumida, comprensible por cualquier ciudadano independientemente de su nivel cultural. Y como no podía ser de otra manera, es un programa de izquierdas, que defiende entre otras muchas cosas la jubilación a los 60 años o la jornada laboral de 35 horas, ideas que, realizables o no, al menos atraen a los trabajadores, que son muchos.
Estas podrían ser algunas de las características que podrían destacarse de esta formación. Pero como dice el refrán, “una cosa es predicar y otra dar trigo”. Veremos si “Podemos” es capaz de llevar a cabo alguna de esas interesantes iniciativas que plantea.